La historia del autobusero con síndrome de Estocolmo

Hoy he sido un buen perrito y he cumplido con mi tarea, así que antes de abrazar la cama actualizaré el blog para hablar de uno de los muchos mangas yaoigo cutre que leí hace meses.

Oficialmente llamado "Sono kuchibiri ni yoru no tsuyu", que se traduce como "El rocío de la noche en esos labios", título de culebrón venezolano que se le queda grande a este despropósito dramático.
La cosa va de un conductor de autobuses (al que llamaremos "autobusero") que vive su vida tranquilo, siendo happy feliz de la vida con su autobús.PERO (chanchanchaaan) un día sube a su autobús un tiparraco que se soprende al leer el nombre del autobusero, y éste al verle a él. Resulta que el tiparraco no es otro que el chico del que abusó sesuarrmente cuando ambos iban al instituo y el autobusero era un malote ouhyeah, a pesar de que eran ámigos (bibah!).
Obviamente el autobusero está esperando a que el tiparraco le dé una tunda o le haga cualquier cosa pero ¡OH! no.... o eso creía. Un día, el tiparraco vuelve a subirse a su otobús, y espera a que toda la gente se baje y llegue a la última parada, que obviamente, está en a tomar por culo en mitad del monte. Es entonces cuando el tiparraco decide por fin hablar y ajustar cuentas con el autobusero que le jodió (kekeke) la infancia. Y como buen machote ¿le da una paliza? Pues no, que esto es un yaoi, lo violea vilmente mientras le cuenta lo mal que lo pasó y lo mucho que afectó a su vida y que tiene un trabajo que no le gusta y que se va a casar. El autobusero reacciona diciéndole ¿que pare? ¡NO! Que no debería casarse con alguien a quien no quiere ~(@_@)~
Si esto no era ya poco marciano, esto se repite todas las noches, tanto que hasta parecen llegar a un entendimiento y el autobusero no se deja violear si no es condón (protecsióoon amigo violadooor). Luego ya se permite el lujo de decir "hoy no, que estoy cansado". Obviamente el tiparraco se enfada y lo fuerza (más de lo normal) y el autobusero se pone palote, descubriendo así que siente algo por el otro. Su vida sigue con la misma rutina, pero ya como que hablan y practican posturitas y las de Dios, que a mí me parece que aquí nadie está siendo forzando ni le está disgustando.¿eh? ¿EH?

CLARO ejemplo de sexo no consentido.

PERO! El autobusero, que como ya ha demostrado, es más raro que un perro verde con traje de flamenca, al ver que se ha enamorado del tiparraco, decide acabar con su vida envenenándose después de su última sesión, y el tiparraco corre a socorrorerlo. Y POR FIN, se descubre el pastel que originó toda esta marcianidad: cuando eran niños, el autobusero abusó del otro porque lo amaba pero se había sentido traicionado al ver que éste les enseñaba el lugar "especial" de ambos a otros amigos. Vamos, todo DE LO MÁS NORMAL.
El autobusero se recupera y le dice al tiparraco que le ama y sus movidas mentales, y que le agradece que le haya perdonado. El tiparraco se queda con el culo torcido y al cabo de un tiempo vuelve al pueblo (parece ser que se fue por ahí) a declararse él también y decirle que ha mandao a su jefe a tomar viento y a su prometida más de lo mismo.
Y vivieron felices y comieron perdices.

Y A TI TODO ESTO TE TIENE QUE PARECER NORMAL.
Y súper dramático y entrañable y apasionado y cienmil putamierdas más.
Yo no entiendo cómo es que la segunda noche el autobusero no le espera con un garrote para dejar al tiparraco seco de un golpe, ni cómo no le hecha huevos y le parte la cara. Na, en vez de eso pone la otra mejilla (o nalga).
Luego ya lo de que se quieren y se adoran... no sé... pero por mucho que le quisiese cuando eran mozos algo de rencor le tiene que tener por, no sé, violarlo durante un mes o tres (o los que coño fueran).

A mí todo me parece de un gratuíto, exagerao y marciano que no sé por dónde agarrarlo.


A ver si un día me pongo y hago una recopilación de "grúas del manga".
¡Hasta otra!